Iniciamos esta sección de estudios históricos sobre elementos de diseño gráfico con una breve referencia a vestigios, que si bien son conocidos por investigadores e interesados por la Historia Local de Úbeda, creo que han pasado desapercibidos para una parte importante de la población. Me refiero a los restos existentes de la Guerra Civil en nuestra ciudad a través de la pervivencia de rotulaciones o pintadas. Aunque pueda parecer inverosímil, hay que destacar la existencia de varios testimonios del conflicto en la ciudad de los Cerros. Espero en un futuro poder hacer una reseña histórica de la Guerra Civil en Úbeda con profundidad, pero mientras, voy a dar un poco de contexto para comprender los testimonios que vamos a analizar a continuación.

Como meras notas, hay que indicar que Úbeda sufrió un proceso de polarización social durante los años de la II República, de forma similar a otras latitudes de la provincia y el país. Durante los primeros años la corporación municipal estuvo dominada por la Conjunción Republicano-Socialista, bajo la presidencia primero de Idelfonso Moreno (15 de abril 1931-7 de Julio de 1931), que hubo de dimitir por los conflictos internos en los plenos municipales con la bancada derechista, y posteriormente por el socialista Baltasar López Ruiz (7 de Julio de 1931-18 de octubre de 1934), hombre de talante moderado y conciliador. Baltasar López entró en litigio con sectores de la Agrupación Socialista local, que se encontraban en un proceso de radicalización, lo cual fuerza a su primer intento de dimisión el 10 de mayo de 1933, al verse separado de su partido por estas discrepancias. Pese a ello continuó en el cargo por el apoyo de los concejales conservadores como socialista independiente.

Baltasar López, alcalde de Úbeda por la Conjunción Republicano-Socialista (1931-1934).

En 1934, la agitación social, con la huelga agraria de junio, y posteriormente la intentona revolucionaria de octubre provocó la imposición de gestoras municipales de las fuerzas de derecha y la represión de los partidos que habían participado en la asonada, destacando el PSOE. En el caso de Úbeda, esta corporación estuvo dominada por el partido derechista CEDA y presidida por José Muñoz Redondo, hasta la victoria del Frente Popular en febrero de 1936. El 2 de marzo se impone otra gestora compuesta por las fuerzas políticas de izquierda hasta el estallido de la guerra en julio 1936. Durante la Guerra Civil, Úbeda se mantuvo en la retaguardia republicana durante todo el conflicto, por la acción colectiva de los sectores populares que consiguieron abortar el golpe en la ciudad. Pero esto también conllevó una fuerte represión de los sectores que se consideraban asociados a los golpistas, destacando propietarios, terratenientes y la Iglesia. En este contexto, se producen las sacas de la Cárcel de Partido la noche del 30 de Julio de 1936, en la que fueron asesinadas 47 personas de Úbeda y de Larva, y entre ellos el propio alcalde socialista Baltasar López Ruiz, por parte de sectores radicalizados. También se produjo el asalto a las iglesias y su puesta en funcionamiento como sedes de partidos, sindicatos, almacenes del ejército, etc., en una furia iconoclasta que arrasó con una parte importante del patrimonio histórico de la ciudad. Y es que las tensiones de clase que durante décadas habían creado conflictos entre las élites locales, los pequeños propietarios, y una inmensa mayoría de campesinos sin tierras, que estallaron con la mayor virulencia y violencia en la Guerra Civil. Pero además de una fuerte represión de retaguardia, que tuvo su pico de intensidad en el verano del 36, se dio un proceso revolucionario, con la puesta en marcha de colectividades agrícolas e industriales en la ciudad, así como la fundación de diversos organismos de gestión colectiva de la economía. A nivel militar, se creó la 25 Brigada Mixta a partir de los batallones locales, en la que participaron muchos ubetenses.

Úbeda se encontraba cerca del frente de Córdoba, y eso supuso la llegada a la ciudad de una enorme multitud de refugiados de guerra, llegando a doblar su población, en torno a unas 70.000 personas. Esto obligó a las autoridades locales a impulsar la fundación del Socorro Rojo Internacional como organismo para recibir y atender a las familias que huían del conflicto. Úbeda se mantuvo en la zona republicana hasta el final de la Guerra. Con la entrada de las tropas franquistas en la ciudad, comenzó una fuerte represión de postguerra, alimentada por el sentimiento de venganza de la violencia republicana durante el primer año de la guerra, que se extendió por la primera mitad de los años cuarenta.

Este es el contexto en el que se enmarcar los siguientes restos que vamos a analizar a continuación, y queremos comenzar con las pintadas de CNT que hemos hallado en el casco histórico de la ciudad. Hay que decir que la CNT en Úbeda tenía presencia desde al menos 1915. El anarquismo ubetense era uno de los decanos de la provincia, una isla libertaria en un mar socialista, ya que la provincia de Jaén en estos años era uno de los bastiones del PSOE y la UGT. Pese al arraigo del socialismo en Úbeda, es cierto que en la ciudad de los cerros existió una importante tradición confederal, y resulta curioso que hayan sobrevivido pintadas de la Confederación Nacional del Trabajo en la ciudad, como veremos a continuación.

No conocemos el por qué de estas pintadas. ¿Fueron resultados de requisas de edificios por parte de la central anarcosindicalista? ¿Se realizaron en sitios que funcionaron como secciones del sindicato? ¿Fueron parte de la propaganda confederal durante los años de la guerra? Hasta el momento no tenemos datos, ya que estas localizaciones no se corresponden a donde las fuentes nos indican que se establecieron las sedes del sindicato anarquista, como fue el Convento de los Carmelitas Descalzos tras su asalto. Creemos que estas pintadas son de esta época porque presentan características comunes, tanto en el color como en la técnica utilizada, siendo claramente realizadas a brocha. Por eso en un inicio descartamos que sean posteriores hasta que nuevas evidencias nos confirmen o nos añadan mas información.

La primera de ellas la encontramos en la Calle Juan Pasquau, 5, situación actual del Hotel Alvar Fañez, justo en la portada del mismo.

Me he permitido realizar una reconstrucción digital para favorecer a la visualización de la rotulación.

La segunda de ellas se encuentra en la Calle Ancha, 12, localizada en la jambra izquierda de la puerta, y aunque también se aprecia con claridad, una reconstrucción para apoyar al lector en la visualización de las siglas confederales.

Queremos finalizar esta referencia con una reseña sobre, quizás, la rotulación más conocida de la Guerra Civil de la ciudad, que es la del Socorro Rojo Internacional (SRI). El SRI había sido un organismo de solidaridad asociado a la Internacional Comunista para el auxilio de militantes comunistas a nivel internacional.

Logo original del Socorro Rojo Internacional original, ligado al movimiento comunista.

En el caso español se funda en los años veinte, ligado al Partido Comunista de España (PCE), pero se comienza a generalizar tras la revolución de octubre de 1934, como un organismo de ayuda a los detenidos por los hechos de ese año. En el caso de Úbeda sin embargo está íntimamente relacionado con la ayuda a los refugiados de Guerra.

Cartel de la Guerra Civil de la labor del SRI durante el conflicto

La sección ubetense del SRI fue fundada en septiembre de 1936 por Miguel Moya Almagro, Manuel Martínez López, Francisco Almarza y Juan Pérez Gómez. Sus funciones eran la acogida de los refugiados, recogida de donativos, realización de actos que mantuvieran la moral de guerra, el mantenimiento de un servicio de sanidad, la puesta en marcha de talleres para poder equipar al ejército popular, entre otros. El SRI tuvo varias sedes en la ciudad. La primera de ellas en en el antiguo palacio del General Saro, en la Calle Rastro, incautado por las fuerzas de izquierda y que se convirtió en la sede de las Juventudes Socialistas Unificadas , además de albergar los talleres del organismo. Otra sede fue el actual palacio de D. Luis de la Cueva, que antes de la Guerra era un pequeño taller de capachos y que fue expropiado para albergar también talleres del SRI. Por último, la sede de la Calle Montiel, la más conocida por mantenerse, contra todo pronóstico, el letrero de la institución, como vamos a ver a continuación. En este local se encontraban los comedores sociales y los albergues de acogida del SRI, aunque el volumen de refugiados hizo que hubiera que buscar alternativas para la acogida de los evacuados del frente. Esta cuestión provocó fricciones entre la población que llegaba a la ciudad y la autóctona.

El estado actual del letrero del SRI en Calle Montiel.

Reconstrucción digital del letrero para su mejor apreciación

¿Porqué se mantuvo este letrero en la calle Montiel? No lo sabemos, ni lo logramos comprender, más aún con la política de damnatio memoriae que el régimen impuso sobre los símbolos republicanos durante la dictadura. Si bien una gran parte de las referencias, edificios, callejero, fue resignificado para mostrar la nueva ideología del Estado Nuevo que el franquismo intentó imponer, han quedado vestigios del periodo de la Guerra como este. Una rotulación, que más allá de su capacidad técnica, es muestra de unos tiempos convulsos y patrimonio de la ciudad y de sus ciudadanos.

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